Nueva compañera

Como un cualquier día hábil, estaba trabajando tranquila entre montones de chismosos. Y sí, en mi oficina hay un montón de personas así, chismeando todo el tiempo, uno haciendo sus payasadas que al principio me hacían reír pero ahora ya quisiera que se le caiga un meteorito encima. Hay una mujer de 35 años que anda molestándome todo el tiempo. A veces le hago saber que tengo tan solo 20 añitos y que ando con los más jóvenes. Cada vez que estoy en el baño, alguien abre la puerta y automáticamente sé que es ella. Es malditamente IN-SO-POR-TA-BLE.

- Tené cuidado con xxxx, él se abusa de todas las mujeres que se le cruce -
- Ajá pero creo que a mí no, me conoce desde bebé, es un amigo de mi vieja, che -
- Da igual, los hombres como él no piensan en eso, tené cuidado - me lo dice con ojos cerrados para no ver que yo le hablo contradiciendo.
- Bueno, tal vez contigo sí y conmigo no -
- Sí pero mira que una vez ¡me siguió hasta la estación del subte! ¡Me decía que en ese día tenía que ir a un lado! ¡Y era mentira! Él toma otro camino. ¡Sé que es porque quería seguirme! Hasta me insinuó -

Considerando que ella tiene problemas de pánico por eso no le creo ni un pelo.
Un día estaba dándole consejos sobre la belleza de pies. Le decía que había unos productos de Natura que daban resultado.

- ¿En serio? ¿Y quién tiene el Catálogo? -
- Lo tiene él - (Era el mismísimo hombre de quien ella decía que se abusaba y la amiga de su novia es la que vende esos productos)
- Uhh, noo!! ¿Por qué él? ¿Los comprarías por mí? Cuando te dé los productos (¡espero que no se te cague!). Te doy la plata en el ascensor a solas - me lo pidió guiñándome un ojo haciéndose la más astuta del mundo y pensando que un día yo podía llegar a ser su compinche.
- ¿Eh? ¡Pidaselo que no pasa nada! ¡Además la que los vende no tiene nada que ver con él! -

Después, para que dejara de joderme por un buen rato, compré esos productos. Les juro que tengo unas ganas de que se desaparezca por unos días para no sentir esas miradas que me clavan cada día. Anda hablándome de astrología todo el tiempo, de sus clases de la misma y preguntándome cuándo cumplo, cuántas letras tiene mi nombre y apellido (sabe que me gusta algo de eso pero ¡hasta ahí! Encima se lo había dicho).

Hoy… como todos los días, laburaba tranquila con oídos sordos… ¡bah! Más bien, ojos ciegos, ¡ja! Decidí ir al baño y así fue. Dirigí hacia el baño.
Al terminar de mear, intenté cerrar el cierre de mi pantalón.

…

¡La puta que me re mil parió! ¡Me re odio por ser tan bruta!

Se me rompió el cierre.

Sentí que el calor corría por mis venas, no sabía qué hacer. En vez de putear a lo loco como siempre lo hago cuando algo sale mal, empecé a tranquilizarme y respirar lo más posible en ese diminuto baño con tan poco aire.

- Bien, voy a llamar a mi hermana, ella sabrá qué hacer con eso -

…

Obviamente, me equivoqué y ella decidió llamar a una compañera suya más grande.
Ella intentó de todas formas y la solución era ponerme los alfileres por unas horas y caminar y sentarme despacio hasta la hora del almuerzo, en la que me compré un pantalón nuevo.

La compañera tuvo que decirle a mi jefe de 50 años (un papito mal) para no sospechar el por qué tardábamos mucho tiempo en el baño.
Por supuesto, me cargó como la mierda.

Mi compañera, la pesada, JUSTAMENTE entró al baño y me miró con la boca abierta y por supuesto, ¡con ganas de largar una gran carcajada como una buena canceriana!
Volví a trabajar, me levantaba y caminaba despacio y notaba que cada vez que hacía eso, las miradas de ella se fijaban fijamente en mi cierre de mierda.

¡TOMATE ESTA, MI AMOR! ESO ES LO QUE QUIERES, ¡¿NO?!

¡Ah! Ella vive a dos cuadras de mi casa. =D