Creo que he contado algunas cosas de Ours.

A él lo conozco desde que los dos estábamos en la cuna. Los padres de él y los míos fueron muy amigos, por eso Ours y yo siempre estuvimos juntos.
Tuvimos nuestros primeros besos, exploraciones, experiencias.
A veces cuando recuerdo cosas de él, me sonrojo y me río. Cuando él era chiquito tan moreno y con pelo enrulado, era tan pero tan travieso que mi hermana lo re odiaba y le tenía miedo. Ella tuvo un trauma en Córdoba ya que Ours le dio una buena patada en su estómago cuando le jodía.

También recuerdo nuestros besos en el baño de mi casa a escondidas, besos inocentes y pensando que nadie se daba cuenta. Una noche, mis padres invitaron a los suyos a cenar. Como todos los padres, se cuelgan en las conversaciones y al rato se dan cuenta que sus hijos se han desaparecido.
Nuestros padres empezaron a buscarnos, a Ours y a mí. Encontraron a Ours encima mío y besándome en la cama de mis padres. No puedo olvidar los gritos de la mamá de él y pegándole en su cola.
Tan sólo teníamos unos seis años.

Recuerdo también que yo estaba al otro lado de un arroyo en San Nicolás tratando de cruzarlo caminando sobre piedras frágiles. Toda mi familia y la familia de Ours me esperaban y me decían que no pasaba nada pero como yo era tan delicada y femenina, tenía miedo.
- ¡No se preocupen! - les dijo Ours a todos sacándose el buzo y el pecho para afuera haciéndose el héroe.
Cruzó todo el arroyo para buscarme, agarró mi mano y me llevó al otro lado. En ese día me dijo que yo era una princesa. Teníamos unos 7 u 8 años nada más.

Fuimos compañeros en la primaria y secundaria.
En el banco, en mi trabajo nuevo, es probable que voy a trabajar en la misma oficina que Ours.

Volverán las ilusiones de él, según rumores, él está re contento porque me va a ver todos los días.

¿Alguna oficina que no hayan perros atrás mío para ofrecerme, por favor?

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