miércoles, octubre 27, 2010

Me arriesgo a agendar su número, me arriesgo a preguntar "¿qué hacen tus
manos largas de tenderse hasta mis llamas?".

En un lado, está el "enviar" y por el otro está el "cancelar".

Pulso el "cancelar" pero... dentro de mi insonsciencia consciencia, quiero
equivocarme.

El dulce placer de equivocarme...

2 comentarios:

Lu dijo...

hay días en que equivocarse es un don inesperado...

Anónimo dijo...

...Y equivocarse a sabiendas...es un arte, te diré...