sábado, septiembre 25, 2010

Es sólo melancolía

Lo que más extraño de nuestro amor insólito es estar rodeados por el silencio, el silencio que nos rodeaba cuando estábamos frente a frente admirándonos y deseándonos, el humo que nos envolvía, el estar acostada a su lado mirando el techo, inhalando y exhalando el humo del cigarrillo y el saber que no tenía nada que decir pues él sabía que me gustaba compartir el silencio y copiarse de mí o copiarme de él. La conexión que nos unía, lo que sabía qué había en mi mente o más bien, sabía que no tenía que plantearme pregunta alguna. Extraño la comodidad, el silencio, el humo, la conexión, el deseo dejando afuera las palabras y haciendo participar los gestos que nos llevaban a hacer el amor dentro de nuestro abrazo. En él había una cierta oscuridad, cierta cosa que yo desconocía pero también, había una pequeña luz dentro de él sólo para mí y que, por alguna razón, para mí su pequeña luz era más que mil soles.

No hay comentarios.: