Estaba esperando a alguien en la salida de mi trabajo, con los sentimientos más extraños y confusos, pensando en miles de cosas, analizando todo lo que me está pasando.
Sé que sufrí mucho en los últimos años y lo que más temo ahora, es sufrir de nuevo por tonterías. Volvieron mis pecados, volvieron los sentimientos más diabólicos, volvió todo en mí y no lo deseo desde lo más profundo de mi corazón.
Sé que sufrí mucho en los últimos años y lo que más temo ahora, es sufrir de nuevo por tonterías. Volvieron mis pecados, volvieron los sentimientos más diabólicos, volvió todo en mí y no lo deseo desde lo más profundo de mi corazón.
Me di vuelta y vi a un padre alzando a un bebé hermoso de ojos azules, tan azules como el mar.
Me miraba fijamente, levantó su manito tan chiquita y suave y la agitó.
Por primera vez en mi vida, ese bebito tan hermoso me estaba saludando con esa sonrisa y mostrando sus dientes nuevos.
Levanté mi mano y agarré despacio su manito y sentí su piel suave y cómo su manito agarraba mi dedo índice.
Por un momento, me puse contenta, sonriente y que todo alrededor mío se esfumó.
Bue, nada, me sorprendió que un detalle así, me hizo sentir algo lindo.
(considerando de que soy una desastre con los bebés).
1 comentario:
perdon por el chiste
pero al final queres tener bebes?
JA
estoy en taiwán, hermanita
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