Aún me quedan lágrimas que derramar

Viernes: Estaba laburando tranquilamente y con ansías de que terminara el día e irme a casa a dormir horas y horas. Pero de pronto algo movió mi alma, hizo que mi corazón se diera un vuelco y que mi estómago se revolviera. Un e-mail de Chocolat. Si, si, un e-mail me mandó después de no saber nada de él aunque lo veo diariamente, después de casi tres semanas sin hablarnos o saludarnos ni siquiera por Messenger o e-mail.

Me decía algo así "Che, no quiero que pienses que te soy indiferente porque no te saludo o no te hablo. Es porque todavía me cuesta saludarte o mirarte, me cuesta mucho y quiero saber si está todo bien en vos. Bye bye. P.D.: Te quedó lindo el fleco."

Uf, cómo pudo preguntarme si estaba bien después de haberme dejado desesperada, de haberme herido profundamente, ¿cómo pudo atreverse preguntándome ese tipo de cosas? Es un caradura sin dudas. Le contesté con la indiferencia posible, le dije que dejara de preocuparse por mí y que yo ya estoy haciendo cosas a mi favor, cosa que debí hacerlo desde hace mucho tiempo.
Tal como lo predije, me saludó por Messenger y me agradeció por tener la consideración de contestarle su e-mail. Por un momento, me arrepentí de haberle contestado porque no quería que pensara que todavía me domina.
Tuve una semana perfecta, sin llantos, ni tristeza, todo estaba bien hasta que él me empezó a hablar. Le dije que dejara de joderse y de preocuparse. Nos despedimos fríamente.

Al rato, todo un dolor arrasó por mi pecho y sentí las ganas de gritarle a su cara "¡MIRAME! ¡NO ESTOY BIEN PARA NADA! ESTOY SUFRIENDO, EXTRAÑANDOTE, DESEANDO TUS BESITOS Y ABRAZOS CALIENTITOS, ¡TE NECESITO!" sin embargo, obviamente me lo tuve que guardar y me hice la indiferente y sonriente de siempre.

Sábado: Me levanté con mucha energía y con ganas de hacer miles de cosas como ir al Pole Dance. Me fue re bien y aprendí alguna acrobacia difícil y resultó. A la noche, fui a Niceto a ver a Javier Bussola y Oberón. Uf, todo lo que tomé ahí, me fumé unas pitadas (por un momento temía que me deprimiera como aquella vez en el recital de Romina Cohn) y todo salió re bien. Sin molestias, gritaba, sonreía todo el tiempo y bailaba con mis amigas. Volví totalmente destruida a mi casa.

Domingo: Me levanté con todavía aliento de alcohol y ojos sucios de maquillaje, totalmente rota en cuerpo y mente. Hoy recién empecé a construir las pocas neuronas que me quedan ya. En esa tarde, me agarró algo de bajón, empecé a pensar mucho en Chocolat, lo re extrañaba, estaba acostumbrada de contarle mis cosas y no lo tengo conmigo. Me siento muy sola a pesar de tener una hermana con quien cuento, de tener a mis amigas que corren a mi lado cuando las necesito, a mis padres (ellos no tienen idea de lo que me está pasando).

Hoy por primera vez entré al laburo sin querer ver a Chocolat. No quería verlo, no tenía ganas, siento que mi pared que construí en toda la semana se está debilitando, siento que aún me quedan lágrimas que derramar...