Al fin, el fin

Se me partió mi uña preferida en la primera hora del día... "mal comienzo del día" me dije y así fue.

Yo - ¿Tienes tiempo para hablar a solas? -
Chocolat - Claro -
Yo - Acá no... afuera del trabajo... ¿Podes? -
Chocolat - Claro, no hay problema, a la salida de acá nos vemos, ¿dale? -
Yo - OK -
Chocolat - ¿Se puede saber de qué quieres hablar? -
Yo - Nada, lo hablamos después -
Chocolat - Adelantame algo, che -
Yo - Dejaaa, sino termino diciendo todo por acá (MSN) y no quiero, quiero que sea en persona -
Chocolat - Bueno... ¿Última pregunta? -
Yo - ¿Si? -
Chocolat - Creo que estás más distante y fría, ¿no? -
Yo - ¿Distante? Si siempre estamos distantes... ¿Fría? Si no puedo abrazarte, besarte y decirte cosas al oído -
Chocolat - Cierto -
Yo - Nos vemos -

Estaba en Falabella temblando y observando cada perfume, no podía leer nada, ni los precios, mi mente estaba en el otro lado, había palabras interminables, miles de palabras que decirle.
Salí de Falabella y me paré, lo observé un rato a él que estaba buscándome con la mirada haciéndose de cuenta que no me estaba buscando.
Caminé hacía él, lo abracé, apoyé mi cabeza en su pecho y lo besé. Él se dio cuenta de todo, me miro a los ojos como queriendo que largara las palabras ya.

- Quiero cortar - Al fin lo largué.
- No quiero verte mal - lo respondió asintiendo.

Nos dijimos muchas cosas que nunca, nunca nos dijimos. Nos dimos los últimos besos, yo le toqué cada parte de su cara lo que más podía, olía mucho su perfume para poder grabarlo en mi memoria, besaba cada parte de su cuello y de su oreja, mi cuerpo no se quería separar del suyo y él tampoco.

Simplemente todo tenía que acabar, al irme, no me quiso dejar ir, bajaba despacito cada escalón de la escalera del subte, lo miraba fijamente, mi mano cada vez se separaba de la suya, cinco, cuatro, tres, dos, último dedo, último contacto de piel...

Cuando caminaba por ese pasillo dentro del subte, sentía que cada cosa, cada recuerdo, cada sentimiento de culpa, traición, inseguridad, sufrimiento se salía de mi alma, sentía que tenía una carga menos. En mi rostro, se dibujó una pequeña sonrisa y mi boca saboreó un par de lágrimas...