lunes, abril 02, 2007

Una noche perfecta

En la noche del sábado, me hallé en mi colchón tirado en el suelo... con mi Chocolat, acurrucados y desnudos. Sí... fue una sorpresa para mí y para él.
Vino a mi casa, yo cumplí lo que quería hacer en esa noche, mirar películas juntos y cocinarle fideos, su comida preferida, aunque los fideos que cociné en esa noche, se pegaron por los nervios que invadieron mi alma.
Tuvimos muchas conversaciones, risas, timidez, de todo. En esa noche, no fue solamente sexo, fue algo más que eso, fue larguísimo, devastador, apasionante, loco, no fue sexo de dos horas de lunes a viernes. Me sentí mejor que nunca, le di de todo, le di lo mejor de mí y él también. Él estaba muy cansado, no daba más pero se dedicó por completo a avivarme, a besar cada rincón de mi cuerpo, a mimarme, a susurrarme cosas, todo fue divino.
Pero todo paso muy rápido, el sol se asomó, él tuvo que irse, aunque me repetía que no se quería ir, me decía que fue muy lindo pasar esa noche conmigo. Todavía no puedo creer haber escuchado esas palabras, haber pasado una noche maravillosa, fue la primera vez que no me sentí usada, traicionada, él dio lo mejor de él, ¿qué más puedo pedir?.

Pero las cosas monstruosas siguen en mi mente, me sigo preguntado ¿De verdad, él se merece todo mi amor después de todo lo que me hizo? ¿Me acosté con él en un lugar y momento adecuados? ¿Él vino a mi casa solo para que yo me tranquilizara? ¿Se fue pensando que esa no sería la última vez?. Realmente ya nada de eso me importa, me dedicaré a pasar cada segundo de nuestras vidas juntos para después poder consolarme con esos recuerdos que seguirán intactos en mi mente, cada recuerdo de su recuerdo.

Se fue a las nueve de la mañana en taxi, me volví a mi cama, me acurruqué y me dediqué a oler su perfume en mi almohada hasta quedarme dormida... felizmente.

No hay comentarios.: