Oh, Chocolat, no sabes nada de mí. Cuando llegue el día que me entregue hacia ti en el lecho, por mi mente pasaran muchas cosas, voy a oler tu piel que ya fue olido por mujeres desconocidas y usadas en Brasil, va a ser inevitable que piense en esas cosas. Tal vez derrame una lágrima mientras me hagas el amor, no voy a evitarlo, vos quisiste eso y así será. Estaré triste cada vez que me acueste contigo, cada vez que me des un beso en los labios o en la mejilla, cada vez que me digas que soy hermosa, palabras que pudieron ser escuchadas por otras mujeres, cada vez que me mimes después de una pasión desenfrenada con esos dedos que ya fueron tocados por otras y hace poquito, nene, hace muy poco. Tu piel fue tocada, lamida, besada, mimada, deseada por otras mientras yo estaba acá esperándote, soñándote, deseándote e ilusionando cada cosa que iba a pasar cuando volvías pero nunca volviste... Mi Chocolat dulce, simpático, sincero, soñador y amado nunca volvió, se quedó para siempre en Brasil. Otra persona volvió, no lo reconozco, es parecido al Chocolat de antes pero no es él. Quiero a mi Chocolat, el otro!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario